lunes, 28 de febrero de 2011

El Troll del castillo

 Mi gozo en un pozo. ¿Para qué compartir la alegría con los habitantes de la casa si lo único que recibo es hostilidad? Mamá siempre dice que le cuente todo al troll que ha impuesto la dictadura en este castillo para que esté contento con nosotros y yo, como buena persona que intento ser, le llamo con toda la ilusión del mundo y me manda a la mierda. ¿Por qué? porque he hecho algo que escapa a su control y en su cerebro ahora soy un foco de rebeldía que hay que eliminar con agua fría y reproches. Me gustaría decir que me da igual, pero no, todos queremos un poco de aprobación de los superiores, sea un troll o el mismísimo Señor de las Tinieblas.

 Por lo demás, parece que no volveré a ver al señor del campo cuando voy a pasear con Lou, me dijo que iba todos los días y yo no le he vuelto a ver, por más vueltas que doy alrededor del tramo donde nos encontramos por primera y, de momento, única vez.

 Voy a entregarme a los placeres del estudio o me veo descendiendo a la mina de rubíes para celebrar la ostia que me acabo de llevar, otra más al montón, no sé cómo no me he acostumbrado ya, me sigue doliendo el pecho igual que el primer día que me di cuenta de que las cosas no son como yo las había visto en el castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario