lunes, 30 de mayo de 2011

La feria (2ª parte)

 El Troll decidió pasar al final de segundo día para ver cómo iban las ventas así que las vacaciones duraron poco, pero ese día lo disfruté. Estuve paseando por un bosque pequeño que había cerca de la feria  y conocí a un unicornio y a un león viejo que estaban de fiesta con otras criaturas amigas.
 Prime me habló el león, parecía majo, pero no sé, no llegaba a congeniar con él como él conmigo, era amarillo y gordo, como Homer pero con pelo por todo el cuerpo y melena larga. Una vez superada la primera impresión el aspecto no importó mucho pero me parece importante. Me estuvo contando  que me había visto llegar a la feria en la caravana y que le había llamado la atención que Alicia fuera mi única compañía, no sé, para mí es normal que mi única compañía sea un libro. Pero el gran momento fue cuando me integré un poco más en la fiesta y empecé a conocer a los participantes, había de todo un poco, un par de hadas, un caballito de mar, osos, un caballo blanco, muchos faunos y más cosas así. Hablé con todos un poco hasta que llegué al caballo blanco y cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que era un unicornio al que todavía no le había salido el cuerno, qué gracioso era, estuve hablando con él el resto del día como si nos conociéramos desde siempre y hasta pude mantener algo de contacto físico sin sentir un dolor terrible, algo que hacía mucho que no me pasaba con ninguna otra criatura (bueno, sin contar a mi abuela). Me gustó mucho conocerle.
 Llegó el Troll antes de lo esperado y me tuve que ir pensando que nunca más volvería a ver a aquél unicornio, me quedé un poco triste, ya me veía como Francesca en Los Puentes de Madison. Pero nada más lejos de lo que pasó después. Vinieron a visitarme días después para mi sorpresa y por primera vez tuve ganas de abrazar a alguien de verdad, lástima que sea así de tonta y la cosa se quedara en eso, un tonteo y nada más, aunque al menos nos sonreímos mucho =).

jueves, 26 de mayo de 2011

La feria (1ª parte)

 He pasado unos días en la feria. Ha sido muy divertido, empezó la semana pasada y todavía sigue, no sé hasta cuándo.
 El primer día fuimos por trabajo, llegó el troll y nos metió en una caravana a todos los sirvientes del castillo sin muchas explicaciones. Fue raro porque los dos primeros carruajes ibas cargados de las piezas de costura que hacemos y yo no había vista a nadie cargarlas ni ningún movimiento raro los días anteriores. Después de tres días ininterrumpidos de viaje (los elefantes rosas pueden llegar a ser muy resistentes) llegamos a la feria, durante el trayecto no sé si pasó algo interesante, no hablo con ningún sirviente humano del castillo así que me metí en un carruaje pequeñito donde iba la comida que olía muy bien, de vez en cuando llegaban gritos de alegría o enfado desde los otros carruajes pero no me apetecía intervenir, tenía libro para leer, Alicia me acompañó todo el rato, incluso una noche en sueños.
 En la feria descargamos todo el material y lo vendimos por la tarde, parece que las cosas hechas a mano todavía se aprecian, aunque puede que también influyera en la venta que el precio sólo incluye el material y el margen de beneficio, la mano de obra no huele ni una moneda. Pero me gusta pensar que lo vendimos todo porque era bonito. El troll nos dejó allí y dijo que volvería en unos días, cuando hubiéramos vendido al menos la mayoría de las piezas, jaja, no sabe lo bien que nos lo pasamos, las primeras vacaciones de mi vida.
 Cuando nos fuimos a dormir, hice un esfuerzo como me aconsejó mi Hada Madrina e intenté integrarme con los demás. Tardé más de dos horas en dar el primer paso, pero después no dolió tanto. Con estar presente valía, yo creía que había que intervenir, pero claro, a nadie le importaba lo que yo había mientras no molestara, así que me dediqué a observar y aprendí mucho sobre cómo se comportan, cómo esperan las respuestas, cómo saben qué tienes que hacer y qué esperan los demás que hagan y todo así, tan natural sin pensarlo. No creo que yo pueda llegar a ese nivel nunca. Con lo fácil que es estar sentada a lado de un gato y disfrutar, sin tener que decir nada, de vez en cuando un comentario y todos contentos. Además, la gente no es suave, a mí me gustan las cosas suaves, si no ¿cómo las vas a acariciar?
 Sólo aguanté un rato. Cuando me aparté de los demás vi a Lou, que nos había perseguido, cómo quiero a ese cabezón, pude dormir abrazada a algo calentito y suave, como a mí me gusta.

domingo, 15 de mayo de 2011

Un Troll enfermo

 Esta semana el Troll ha estado enfermo, bueno todavía sigue. Toda la semana. Empezó estando más irritable de lo normal y acabó en la cama sin poder moverme, además al principio me castigó corque creía que le había contagiado de lo que tuve la semana pasada, todavía no se ha disculpado por la equivocación.

 Llamó muy preocupado al druida que vive en el ala sur del castillo y ese hombre decidió ignorarle. Al principio me hizo gracia, pero fue digievolucionando poco a poco en un ogro y la diversión de acabó pronto, incluso eché de menos al troll. Volvió el druida y ordenó poner en cuarentena el castillo entero con todo lo que hubiera dentro incluyendo las cosas vivas. Desde entonces esto parece la casa de Elliott cuando el gobierno descubrió a E.T. Gente con trajes blancos y cascos de cristal, no nos miran a la cara mientras intentamos seguir con nuestra vida lo más normal posible, a lo mejor es para no encariñarse con nosotros por si nos morimos. Yo creía que no era contagioso.

 Hoy por fin me he tomado mi descanso del domingo y he quemado cosas. Llevaba planeando toda la semana pasar la tarde leyendo tranquila, pero me apetecía hacer algo más emocionante, lo malo es que sólo ha durado media hora antes de que me aburriera y le echara una regadera a rebosar por encima. Debería haber elegido la lectura, eso no me cansa nunca. Me gusta tanto quemar cosas, desaparecen y da calorcito

 Por cierto, estoy descubriendo que conocer gente nueva está bien y también profundizar en la gente que ya sabes que existe y que incluso ves a menudo pero que normalmente no pasas de un hola y la conversación básica y necesaria para llevar a cabo la tarea que sea. El viernes me volví a emocionar, otro duende se preocupó por mí, a lo mejor empiezo a confiar más en la gente, no sé, todavía no lo he decidido pero la idea ya ronda por mi cabeza. Creo que no debería emocionarme tanto cuando alguien hace algo bueno por mí porque sí, al parecer es más normal de lo que creo, pero como a mí nunca me había pasado antes, ahora no lo puedo evitar. Lo que no sé es si hay un pacto implícito en esas acciones que me obliga a responder con un acto similar en un período de tiempo relativamente corto o es simple bondad. A mí me gusta la bondad y hacer cosas buenas porque sí, por el egoísmo de sentirme bien haciéndolas y hacer sentir bien a los demás.

 La mayoría de las cosas son más bonitas mientras se están quemando. 

martes, 10 de mayo de 2011

Miradas

 He estado pensando estos días. Qué importante puede llegar a ser una mirada, la intensidad de los ojos.

 Yo nunca le había dado mucha importancia a cómo me mira la gente, de hecho yo soy la primera que no mira a los ojos, me cuesta mirar a la cara a cualquier criatura que me hable. Por eso me gusta Rolly, de momento los gatos no hablan y reconfortan mucho. Pero a raíz del encuentro del otro día con aquél duende tan especial algo en mí ha cambiado. Yo estaba hablando esquivando su mirada como de costumbre, ni si quiera me lo planteo, me sale así, y sin querer coincidí durante un instante con sus ojos verdes y fue una impresión enorme. Durante un instante, el fragmento de tiempo más corto que puedas imaginar sentí hundirme en esa mirada penetrante, como queriendo leer lo que había dentro de mí, se preocupaba con verdadero fervor, era como un mundo entero hecho de musgo. Cuando miras el musgo parece una mancha verde sin más, pero si lo miras de cerca y te paras ves que está hecho por miles de hojillas diminutas que forman el todo, cada una con un tono de verde diferente y más bonito que el anterior y sientes que puedes seguir mirando más profundo y ver más pero te tienes que retirar. 

 Se pueden sentir muchas cosas en muy poco tiempo, yo no sé describirlo, sólo sé que me impresionó. Como cuando te quedas sin aliento, me he quedado muy pocas veces sin aliento por algo, ahora sólo recuerdo una y fue parecido, es algo tan grande y que no esperas que lo único que puedes hacer es dejar de respirar por un instante, un instante tan pequeño como el que dura esa mirada pero que no puedes olvidar, la veo cada vez que cierro los ojos, aunque sea al parpadear. Me gusta ver algo así cada vez que parpadeo porque parpadeo a menudo, en momentos así me alegro de no ser un pez sin párpados, no sé si los tritones tienen párpados ¿y las salamandras? las que viven por el agua a lo mejor porque también están en tierra, pero las de fuego no sé, lo tendré que consultar.

jueves, 5 de mayo de 2011

Buena gente, gente mala y personas maravillosas

 He estado enferma estos días, hacía tiempo que no me encontraba tan mal. Bueno, hará un año y medio más o menos coincidiendo con exámenes finales, igual que ahora. Voy a tener que mirármelo porque no es normal esta costumbre, pero bueno, ese no es el caso de hoy.

 Yo ya sabía que en el mundo existe gente buena y gente mala, pero algo en mí me hace pensar que todo el mundo está en el medio. Claro, que yo siempre creo que todos son como yo y eso no es así, hay criaturas de todo tipo y condición. No sé si ya lo había comentado por aquí, pero además de todo lo que hago en el castillo para el troll también tengo vida fuera, no es vida social, pero hago cosas. Aunque el régimen con el troll es casi una dictadura y nosotros somos algo parecido a esclavos a los que mantener, él nos da algo más que comida y un techo, no nos da dinero pero nos paga algunas cosas, entre ellas, clases.

 Me he vuelto a ir del tema. Hoy tenía el examen final de mi clase preferida, a la que iba con ilusión cada día, además tuve la mayor suerte que puede haber al recibir clase de quien la daba. Hace que te interese lo que sea con su sola presencia. Hay pocos duendes así. 
 He ido al examen porque lo tenía muy bien preparado, porque me gusta estudiarlo y porque quería hacerlo, pero mi estado de salud me lo impedía, había un pequeño Alien queriendo salir de mí.

 No sé cómo describir la sensación al ver que alguien se preocupaba por mí, pero no de manera normal como mi familia o algunas compañeras de clase (a los que no quito mérito por ello) sino con una mirada que daban ganas de darle un abrazo. Nunca le he dado un abrazo a un duende y no creo que se lo dé nunca por cómo soy con esas cosas, pero de verdad que he sentido que se lo merecía. 

 Por otro lado estaban las aprendizas de arpía que pueblan la clase, que, ante la ignorancia de lo que pasaba entre el duende y yo. se han dedicado a lanzar picotazos para que volviera a la fila, uno de los cuales me ha sentado cual puñalada por la espalda, lo que me ha demostrado una vez más que si alguien te trata mal y de repente bien, es muy probable que vuelva al mal. No sé por qué a la gente le molesta que haya otros que destaquen, yo no tengo la culpa de lo que me pasa.

 Pues esto es más o menos lo que quería contar, el gran descubrimiento que he hecho hoy de que de verdad existen personas maravillosas, que son buenas por naturaleza y nada más, que viven entre nosotros (aunque las clases son a horas de camino del castillo) y que se merecerían una estatua más que otros muchos. Y que por el contrario hay otras criaturas, no llegan a la categoría de gente, que son malas, no sé si por ignorancia, por envidia (eso dice mi Hada Madrina, pero yo no encuentro nada que envidiar de mí) o por aburrimiento, pero ahí están.