jueves, 5 de mayo de 2011

Buena gente, gente mala y personas maravillosas

 He estado enferma estos días, hacía tiempo que no me encontraba tan mal. Bueno, hará un año y medio más o menos coincidiendo con exámenes finales, igual que ahora. Voy a tener que mirármelo porque no es normal esta costumbre, pero bueno, ese no es el caso de hoy.

 Yo ya sabía que en el mundo existe gente buena y gente mala, pero algo en mí me hace pensar que todo el mundo está en el medio. Claro, que yo siempre creo que todos son como yo y eso no es así, hay criaturas de todo tipo y condición. No sé si ya lo había comentado por aquí, pero además de todo lo que hago en el castillo para el troll también tengo vida fuera, no es vida social, pero hago cosas. Aunque el régimen con el troll es casi una dictadura y nosotros somos algo parecido a esclavos a los que mantener, él nos da algo más que comida y un techo, no nos da dinero pero nos paga algunas cosas, entre ellas, clases.

 Me he vuelto a ir del tema. Hoy tenía el examen final de mi clase preferida, a la que iba con ilusión cada día, además tuve la mayor suerte que puede haber al recibir clase de quien la daba. Hace que te interese lo que sea con su sola presencia. Hay pocos duendes así. 
 He ido al examen porque lo tenía muy bien preparado, porque me gusta estudiarlo y porque quería hacerlo, pero mi estado de salud me lo impedía, había un pequeño Alien queriendo salir de mí.

 No sé cómo describir la sensación al ver que alguien se preocupaba por mí, pero no de manera normal como mi familia o algunas compañeras de clase (a los que no quito mérito por ello) sino con una mirada que daban ganas de darle un abrazo. Nunca le he dado un abrazo a un duende y no creo que se lo dé nunca por cómo soy con esas cosas, pero de verdad que he sentido que se lo merecía. 

 Por otro lado estaban las aprendizas de arpía que pueblan la clase, que, ante la ignorancia de lo que pasaba entre el duende y yo. se han dedicado a lanzar picotazos para que volviera a la fila, uno de los cuales me ha sentado cual puñalada por la espalda, lo que me ha demostrado una vez más que si alguien te trata mal y de repente bien, es muy probable que vuelva al mal. No sé por qué a la gente le molesta que haya otros que destaquen, yo no tengo la culpa de lo que me pasa.

 Pues esto es más o menos lo que quería contar, el gran descubrimiento que he hecho hoy de que de verdad existen personas maravillosas, que son buenas por naturaleza y nada más, que viven entre nosotros (aunque las clases son a horas de camino del castillo) y que se merecerían una estatua más que otros muchos. Y que por el contrario hay otras criaturas, no llegan a la categoría de gente, que son malas, no sé si por ignorancia, por envidia (eso dice mi Hada Madrina, pero yo no encuentro nada que envidiar de mí) o por aburrimiento, pero ahí están.

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