jueves, 24 de marzo de 2011

Dragones

 Esta mañana estaba ayudando a limpiar la caseta de los dragones a una doncella y después de una dura jornada de trabajo ha quedado perfecta. Ha pasado por allí un duende gigante de la pradera y le ha gustado tanto lo bien que hemos hecho el trabajo que nos ha ofrecido el favor de una ninfa si cuando pase el lunes por aquí la caseta brilla todavía más.  Nos hemos puesto muy contentas, jamás se me habría ocurrido que yo podría aspirar a tener el favor de una ninfa, y me lo he encontrado tal cual, pasando delante de mí.
 Pero la euforia ha durado poco, no sé si por los nervios o por la emoción, cuando nos hemos ido a comer me dejado los cerrojos de las cadenas sin cerrar bien y cuando he subido a mi torre y me he asomado por la ventana he visto a uno de los dragones del castillo revoloteando por el foso.
Llevo desde entonces persiguiendo dragones sin que nadie me ayude, ya no puedo con mi alma, estoy muy cansada, me siento como El Increíble Hombre Menguante, cada vez me toca atrapar a un dragón más grande. Además han atraído a todos los pájaros del bosque y no sé cómo voy a limpiar todos los excrementos del tejado. La doncella dice que no ha sido culpa cuya así que me las apañe como pueda, que soy yo la que conseguirá el favor de la ninfa, y tiene razón, ella ya a llegado a lo más que puede, si toca a la ninfa le irá bien, pero no puede aspirar a más.

No sé qué hacer, no sé a qué hora podré irme a dormir, porque por culpa de esto he desatendido mis labores y tengo que terminar algunas cosas antes de mañana para poder entregarlas . En fin, me voy a preparar comida de dragón.

2 comentarios:

Kike dijo...

Desde la montaña de libros de mi torre de hechicería te deseo que puedas atrapar a esos dragones rebeldes. Ya me contarás como toca la ninfa. Ahh, vuelta a pelearme con los papeles... A ver si subo de nivel de una maldita vez.

SallyMoon dijo...

Si no pasa nada el lunes contaré cómo acaba esta historia.

Gracias por comentar =)

Publicar un comentario