lunes, 18 de abril de 2011

Excursión por el bosque

Hace unos días encontré aquél gremlin que se había escapado del desván, por suerte no se había reproducido, lo malo es que me lo encontré seco detrás de una cómoda donde guardamos sábanas. Me dio pena, aunque había estado todo este tiempo preocupada y había pedido ayuda a Artemisa sabiendo que tiene cosas más importantes que hacer, no quería que muriese. Quería atraparlo y llevarlo al bosque, de donde no debería haber salido.

 Así empezó mi excursión al bosque, no tuve valor para tirarlo a la basura, necesitaba enterrarlo. Pensé en decírselo al elfillo, pero creo que hice bien dejando que creyera que se había ido del castillo al ver que no había plaga de gremlins


 Esa misma tarde terminé todas mis tareas lo más rápido que pude, llené mi mochila con bocadillos y agua y me fui al bosque.


 Hacía años que no iba al bosque y era la primera vez que iba sola, reconozco que me dio miedo y a la media hora ya estaba de vuelta en el castillo para que Lou me acompañara. Es un amor, un poco pesado, pero siempre dispuesto a acompañarte a donde sea, le encanta salir del castillo.
 Estuvimos paseando hasta que empezó a anochecer y por fin encontré un sitio para enterrar al gremlin. Hice el agujero lo más profundo que pude con la poca fuerza que tengo, y allí lo enterré. Me gustaría saber hacer magia, aunque fuera magia básica para no depender de mi fuerza, pero creo que quedó bastante digno.
Hice bien en llevarme a Lou, porque no fui capaz de encontrar el camino por el que habíamos llegado hasta allí y Lou se guió bastante bien por el olfato. Nos paramos a comer un poco a la vera del camino y de paso descansar. Lou se dedicó a explorar, es feliz dando vueltas oliéndolo todo. Tardaba ya en volver y cuando le llamé no venía, fui a buscarlo y se estaba revolcando en un charco de lodo, como una fiesta que él solo se había montado. No me importa que se manche, es divertido bañarlo, pero oí unas vocecillas pidiendo ayuda y cuando me acerqué a él vi que el charco estaba lleno de renacuajos, bueno, de lo que quedaba de ellos porque la mitad habían salido disparados en todas direcciones. Grité y saqué a Lou de allí como pude. No me podía ir y dejarlos allí con todo el estropicio que se había formado. Intenté arreglar un poco el charco y eché todo el agua que me quedaba.
 Lou enseguida se cansó de estar allí y quería volver al castillo o a cualquier otro sitio pero yo me tenía que quedar allí y cuidar los renacuajos. Lou se fue y me dejó sola. Pasé la noche al lado de los renacuajos, sorprendentemente no apareció nada durante la noche o al menos no me desperté ni me hicieron nada salvo unas cuantas picaduras. Cuando amaneció fui en seguida a ver a los renacuajos, pero estaban todos muertos, flotando. No pude evitar llorar.


 Cuando volví al castillo me gané un castigo del troll por dormir fuera sin permiso y una charla sobre mi ignorancia sobre los animales.


 Creo que en parte tenía razón. Todos los animales que tienen algo que ver conmigo, sean mágicos o no, suelen acabar mal. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario