sábado, 8 de octubre de 2011

Medalla de la Guardia Real

 Hace ya más de un mes que terminé el nivel principiante de las clases de vuelo, pero con todo el jaleo de cambios de castillo no había vuelto a volar desde entonces.
 Se supone que con este nivel  puedo volar siempre que me acompañe alguien con el diploma de experto y sin salir del casco de la ciudad. Yo no tenía intención de ir más allá de los terrenos del castillo, ni si quiera pensaba salir del jardín de atrás, así que me lancé a volar. Al principio me costó coordinar un poco todo mi cuerpo, pero en seguida empecé a deslizarme como si fuera un genio azul. Estuve un rato flotando, pasé por encima de las jaulas de las aves de rokh a las que no me dejan acercarme desde lo que pasó con el basilisco, pasé los dedos por el fango de la laguna y luego me elevé todo lo que pude, disfrutando sólo del aire. Se nota que sólo he hecho el primer nivel de vuelo porque apenas llegué a las torres altas, pero era suficiente para ver más allá de los muros del castillo, y lo que vi fue una manada de dragones en formación por el bosque.
 Hecho mucho de menos a mis dragones y no había nadie volando a esas horas así que decidí acercarme a verlos.
 Cuál fue mi sorpresa al ver que era un ensayo de la guardia de la reina Queen para un desfile.

 En una pirueta en la que volaban bocabajo uno de vio y dio la alarma. Intenté huir pero me alcanzaron enseguida, si tuviera el amuleto de volar de Séptimus... con la mala suerte que me caí a los árboles. Caí en un nido gigante así que no me hice daño. Los jinetes dieron la orden de fuego y en un instante lo dragones convirtieron las ramas en cenizas y el nido quedó envuelto en llamas.
 Ya olía a huevos cocidos cuando los tres huevos se abrieron y de ellos salieron tres pollos rojos horribles. Los dragones volaron hacia mí en picado. Cerré los ojos esperando el impacto pero no llegó. Los abrí y dos jinetes habían bajado al nido, lo habían apagado y estaban recogiendo los pollitos.

 Lo siguiente digno de mención es que me llevaron de vuelta al castillo sin penalización por volar. Y al día siguiente llegó una lechuza blanca real con una medalla por servicios prestados a la corona.
 Al parecer los pollos rojos y feos eran bebés de fénix.

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