viernes, 10 de junio de 2011

Fiesta en Palacio

 Esta noche me han invitado a una fiesta a palacio. No suelo ir a fiestas de ningún tipo porque mi concepto de diversión no coincide con el del resto de la gente, pero bueno, como era para ayudar a financiar el espectáculo de unos juglares he ido. Me lo he pasado bien.
 Tengo que ir más a menudo a este tipo de fiestas, aunque sean poco frecuentes son mucho mejores que las bacanales que normalmente se organizan en el castillo en las que sólo hay comida, alcohol y sexo. La comida no está mal pero nadie va a esas fiestas para hablar así que yo me aburro mucho.
 Salir a fiestas y demás actos es parte de mi propósito por normalizar, en la medida de lo posible, mi vida social. No es que me apetezca mucho tratar con la gente, pero desde que empecé a salir con estos personajes, he descubierto que hay personas majas, con las que se puede hablar y que están dispuestas a mantener una conversación conmigo, cosa que no me había pasado en todos los años que llevo viva. A lo mejor es que todo este tiempo he estado en el lugar equivocado en los mementos menos oportunos y por eso he tenido tan mala suerte. También hay que tener en cuenta mi incompetencia para hablar en voz alta, entender a las otras personas y demás cosas que se dan por sentado pero que yo no sé hacer.

 Me gusta mucho esta nueva fauna que estoy conociendo, de mayor quiero ser un duende, creo que son los mejores de todos, aunque los elfos también están bien. No sé, por ejemplo últimamente estuve con un sátiro y es encantador, pero demasiado pelo para mi gusto, aunque los cuernos le dan un toque.

 Jo, estoy abrumada por toda la gente nueva que he conocido porque me hacen caso y no estoy acostumbrada a ello. Yo ya me había hecho mi vida en la que todos pasaban de mí, sólo me llamaban cuando me necesitaban y yo iba a mi aire, pero ahora tengo que responder ante otros, otros que me gustan, y no deja de ser raro. Supongo que es como aprender a llevar un carro, al principio parece que te faltan ojos y manos para estar atento a los caballos, las correas, las ruedas y todo lo que se cruza por el camino, pero sin embargo cuando aprendes es lo más natural, ni siquiera piensas en lo que haces, te sale solo. Espero algún día poder estar entre un grupo de gente y poder intervenir de manera natural. De momento no puedo evitar apartarme de vez en cuando. Pasitos de bebé.

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